Las Cruzadas

06/05/2022 Desactivado Por admin

Durante la Edad Media, se desarrollaron unas campañas militares y religiosas impulsadas por el Papado para recuperar los «Santos Lugares» de manos del Islam.

Se promovieron 9 expediciones a Tierra Santa entre 1096 y 1291, siendo las más importantes la primera, la tercera y la sexta, ya que permitieron la recuperación temporal de la ciudad de Jerusalén y el establecimiento de varios reinos cristianos en el Cercano Oriente, todas las demás terminaron en estrepitosos fracasos. La iglesia cristiana intentó organizar, sin éxito, nuevas campañas militares, pero la caída de la ciudad de Acre, en 1291, marcó el fin de la presencia en el Cercano Oriente de los cruzados, los rum y los frany, nombre con el que los musulmanes respectivamente designan a los occidentales y los francos.

Primera Cruzada 1096-1099


Godofredo de Bouillón

Godofredo de Bouillón

Advocatus Santcti Sepulchri

Godofredo, duque de la Baja Sajona (Países Bajos), fue uno de los primeros (1095) en acudir ante el llamamiento del papa Urbano II, vendió la mayor parte de sus dominios para financiar un ejército propio, con el que llegó a Constantinopla en 1096.

Por su destacada participación fue nombrado jefe de los cruzados y rey de Jerusalén una vez tomada la ciudad en 1099; Godofredo no admitió el título, alegando humildad cristiana, y lo cambió por el de «protector del Santo Sepulcro», falleciendo al año siguiente.

Raimundo IV, de Toulouse

Conde de Trípoli

Conocido como Raimundo de Saint-Gilles, conde de Tolosa, Marqués de Provenza, Conde de Roergue, Conde de Tarfús, fue uno de los cabecillas más importantes de la Primera Cruzada y primer conde de Trípoli. Raimundo era profundamente religioso y deseaba morir en Tierra Santa, de modo que cuando se realizó el llamamiento para la cruzada fue de los primeros en responder.

Personaje muy controvertido e importante, construyó la fortaleza el Mons Peregrinus, donde en 1105 el cadí de Trípoli con toda su guarnición ataca e incendia el castillo, Raimundo sufre graves quemaduras que le causarán la muerte cinco meses después en una atroz agonía.

Raimundo IV@1

Período entre cruzadas


Balduino IV de Jerusalén

Balduino IV, de Jerusalén

Rey de Jerusalén

Conocido como el rey «cara cerdo» y «maldito» por su grave desfiguración a causa de la lepra, sólo pudo estar en el trono 10 años, pero libro grandes batallas. Humilló a un gigantesco ejército del sultán Saladino con apenas medio millar de jinetes muchos de ellos templarios y unos pocos miles de infantes, empuñando la espada con su mano llena de llagas en la batalla de Montgisard.

Recordado como uno de los grandes adalides de la cristiandad en Tierra Santa, este monarca murió a los 24 años por culpa de la lepra, fue un soberano sumamente querido por sus súbditos e incluso respetado por el enemigo.

Saladino

Sultán de Egipto y Siria

Salah al-Din Yusuf, fue uno de los grandes gobernantes del mundo islámico, además de Egipto y Siria incluyo entre sus dominios Palestina, Mesopotamia, Yemen, Hiyaz y Libia. Unificó política y religiosamente el Oriente Próximo al combatir y liderar la lucha contra los cristianos cruzados. Entre otras batallas venció en Hattin a los cruzados, tras lo cual volvió a ocupar Jerusalén para los musulmanes y se tomó Tierra Santa. El impacto de este acontecimiento en Occidente provocó la Tercera Cruzada. Su fama trascendió lo temporal y se convirtió en un símbolo de caballerosidad medieval, incluso para sus enemigos. Sigue siendo una figura muy admirada en la cultura árabe, kurda y religión musulmana.

Saladino
Guido Lusignan@1

Guido de Lusignan

Rey de Jerusalén y señor de Chipre

Se casó con Sibila, la hermana de Balduino IV, rey de Jerusalén. Fue rey consorte de Jerusalén de 1186 a 1192, pero las continuas provocaciones de Guido y Reinaldo de Châtillon a Saladino hicieron imposible cualquier tipo de paz y la guerra estalló (1187), bajo su mando las tropas cristianas fueron derrotadas en los Cuernos de Hattin, Guido fue capturado quedando preso en Damasco, mientras Sibila permanecía defendiendo Jerusalén hasta su caída.

Tras ser liberado junto a Sibila huyeron a Tiro. Guido en 1191 huyo de Acre y compró a la Orden del Temple la isla de Chipre.

Reinaldo de Chântillon

Príncipe de Antioquía y Señor de Transjordania

Caballero francés que participó en la Segunda Cruzada y permaneció en Tierra Santa tras el fracaso de la misma. Príncipe de Antioquía de 1153 a 1160, gracias a su matrimonio con Constanza de Antioquía, la heredera del principado. Capturado en la batalla Marah, permaneció preso 17 años en Alepo. Tras ser libre comandó la victoria sobre Saladino en Mont Guisard.

Señor de Transjordania, tras otro matrimonio con una viuda, Estefanía de Milly, desde su famoso e inexpugnable castillo del Kerak se dedico a asaltar caravanas musulmanas y atacar a los peregrinos de la Meca. Acabo su carrera en manos de la espada de Saladino, cuando lo tenia prisionero tras la masacre en la batalla de los Cuernos de Hattin en 1187.

Reinaldo de Chatillon
Reynaldo de Chantillón
Balian Ibelin

Balían de Ibelín

Señor de Ibelín y Nablus

Fue un importante noble cruzado del Reino de Jerusalén, Señor de Ibelín y Señor de Ramla. Después de la muerte del rey Balduino IV, tuvo que apoyar a Guido de Lusignan como rey de Jerusalén, permaneció en el reino y evitó la derrota en la Batalla de Hattin en 1187. Junto a la reina Sibila y al patriarca Heraclio, ayudó a defender Jerusalén y negoció su rendición a Saladino. Ibelín, Nablús, Ramala y todos los demás territorios de Balián fueron capturados por Saladino después de la caída de Jerusalén, pero a Balián y a su familia se les permitió regresar a Trípoli. Conocido por la película de Ridley Scott «El reino de los cielos», aparece este personaje, aunque de una manera algo distorsionada y alejada de la realidad histórica

Tercera Cruzada 1189-1191


Federico-I-Barbarroja

Federico I de Hohenstaufen, Barbarroja

Emperador Sacro Imperio Romano Germánico

Tras el doble cataclismo acaecido el año 1187, primero la derrota de la cristiandad en la batalla de los Cuernos de Hattin y después la caída de Jerusalén en manos del sultán Saladino, el emperador se comprometió a encabezar la Tercera Cruzada para liberar Jerusalén. En 1189 partió con un enorme contingente (50.000 caballeros y 100.000 infantes), que no pudo embarcar, teniendo que continuar por tierra, pero tal propósito sufrió un revés importante con la muerte del sexagenario emperador ahogado en el río Saleph en 1190. Fue la maldición del ejército cruzado que empezó a deshacerse quedando entre 20.000 a 5.000 cruzados bajo el liderazgo del hijo de Barbarroja, Federico de Suabia.

Federico VI de Hohenstaufen

Duque de Suabia

Acompañaba a su padre Federico I (Barbarroja) en la cruzada contra Saladino, una vez fallecido el emperador ahogado en el río Saleph en Anatolia, continuó con sólo 5.000 soldados, una pequeña fracción del ejército que salió de Alemania para enterrarlo en Jerusalén. El intento de conservarlo en vinagre fracasó, así que la carne del emperador fue enterrada en la iglesia de San Pedro en Antioquía, sus huesos en la catedral de Tiro y el corazón con las entrañas en Tarso. Consiguieron llegar a Acre sobre finales de 1190, muriendo de malaria el duque unos meses después, durante el asedio que sufrió la ciudad.

Duque de Suabia

Felipe II Augusto – Philippe II Auguste

Rey de Francia

Felipe Augusto y Ricardo partieron juntos para la Tercera Cruzada, la rivalidad latente entre ambos reyes se hizo patente con motivo de la ruptura del compromiso matrimonial de Ricardo con la hermanastra de Felipe, en favor de Berenguela de Navarra.

Felipe llego antes al asedio de Acre en 1191, siendo reforzado con la llegada de Ricardo desde Chipre, manteniendo aún así su mala relación, los dos se vieron afectados por la alopecia, atacados por altísimas fiebres perdieron los cabellos y las uñas, perdiendo Felipe la visión de un ojo. La cruzada acababa de empezar, tras la caída de Acre decidió regresar a Francia, por problemas en la sucesión flamenca.

Ricardo I, rey de Inglaterra

Ricardo Corazón de León

Desde 1189 rey de Inglaterra, duque de Normandía y de Anjou, sin embargo, pasó fuera de Inglaterra la mayor parte de su reinado, obsesionado con la Cruzada Cristiana contra Saladino, que acababa de tomar Jerusalén.

Ricardo I se desentendió de la monarquía inglesa y de sus intereses en el continente europeo: malvendió el patrimonio real para financiar la Cruzada. Conquisto Chipre y Acre (1191) pero no consiguió Jerusalén, una tregua con Saladino garantizaba a los cristianos el libre acceso durante tres años a los lugares sagrados de Jerusalén y la posesión de Acre (1192).

A su regreso, superó un cautiverio en Austria, recupero el trono usurpado por su hermano Juan Sin Tierra, pero en el Castillo Gaillard, en Normandía (1199) sofocando una revuelta, falleció por una asepsia que le provocó una flecha de ballesta en el hombro.

Hugo IV

Conde de Ampurias

Hugo IV participó en la Tercera Cruzada a Tierra Santa en 1190.

En 1210 rindió homenaje al rey Pedro II de Aragón y participó con él en la Batalla de Las Navas de Tolosa en 1212. Fue excomulgado por el Papa de Roma por acoger a los cátaros en su condado, tras la muerte del rey, así como por invadir los dominios eclesiásticos.

Murió en 1230, durante la repartición de las tierras conquistadas en Mallorca, víctima de la peste.

El Caballero Verde

Sancho Martín de Qastila (Castilla)

Después de la caída de Jerusalén en manos sarracenas (1187), aparece un caballero cristiano con loriga completa, sobrevesta en color verde y casco decorado con la cornamenta de ciervo, descrito así por los musulmanes, de Qastila (Castilla) un magnífico guerrero al que rehuían en el combate y que llamaban “el Caballero Verde”. El color verde es ampliamente reconocido como un símbolo del islam.
Pocos caballeros de los reinos hispánicos había en las Cruzadas de Tierra Santa, bastante teníamos con nuestra propia cruzada, pero nuestro personaje Sancho Martín desafió y venció por dos veces a Saladino.

Caballero Verde

La primera en colaboración con el piamontés Conrado de Monferrato, se enfrentó en la ciudad de Tiro a las huestes del gran sultán Saladino, consiguiendo poder salvarla.

Al año siguiente Saladino lanzó su ofensiva contra Trípoli, pero mayúscula debió de ser su sorpresa al descubrir de nuevo que en su trayectoria se le cruzaba ese afamado guerrero conocido como el Caballero Verde encabezando a los cristianos. Parece ser que el Sultán le envió un mensajero rogándole que le visitara, a lo que aceptó, Saladino le agasajo con regalos, un caballo, oro y plata e invitándole a permanecer (en Tierra Santa) ofreciéndole grandes extensiones de tierra. Nuestro caballero contestó que no había venido para vivir con los sarracenos, sino para poner todo su empeño en destruirlos y lastimarlos tanto como pudiera. Después se despidió y volvió a Trípoli. Saladino tuvo que retirarse, continuando Trípoli siendo cristiana durante cien años más. De nuestro personaje Sancho Martín no se supo nada más, si falleció en esa batalla, en cualquier otra o regreso a la península, es una incógnita.
Crónica detallada en: https://www.elmundo.es/cronica/2020/05/29/5ec6a6edfc6c835f068b461a.html
El libro «El Caballero Verde», de Javier Lorenzo.