Virreinatos de América
15/01/2022Viceroyalties – Vice-royautés
El virrey es el representante directo y superior del monarca español en América y su hombre de confianza. El cargo de virrey en Indias aparece en las Capitulaciones de Santa Fe, firmadas por Colón y los Reyes Católicos en 1492.
Los dos Virreinatos más antiguos en América son el Virreinato de Nueva España (1535), con capital en México y jurisdicción en todo el territorio actual de América Central y del Norte; y el Virreinato de Perú (1542), con capital en Lima, y extensión por toda Sudamérica, excepto Venezuela y Panamá. También coexisten territorios casi independientes como los de las islas Filipinas, Marianas y Carolinas en el Océano Pacífico, y Cuba, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela en el Caribe.
En el siglo XVIII, se hace imposible el control de toda Sudamérica por la extensión territorial y, por ello, se crea, por un lado, el Virreinato de Nueva Granada en 1717 y por otro, el Virreinato del Río de la Plata, en 1776.
ADELANTADO
Se les llamó “ adelantados”, en el sentido figurativo de la representación ejercían de la persona del Rey. Una vez que conquistaba un territorio, se podía erigir como su gobernador y repartir puestos de riqueza y poder entre sus compañeros. Al cabo de un año, el Estado solía intervenir y enviaba funcionarios desde España para empezar a gobernar adecuadamente la nueva colonia. En efecto, los adelantados fueron la vanguardia del Imperio español en su expansión a lo largo del siglo XVI.
Referencias: Ministerio de Cultura y Deporte – Gobierno de España.
DESCUBRIDORES, EXPLORADORES Y CONQUISTADORES
Cristóbal Colón
Christophorus Columbus
Colón fue un navegante, cartógrafo, almirante, virrey y gobernador general de las Indias al servicio de la Corona de Castilla, famoso por haber realizado el denominado descubrimiento de América, en 1492, se le concedió el estatus de «Adelantado».
Creyó que había encontrado una nueva ruta a la India, y describió como “indios” a los pueblos que conoció. No obstante, su trascendental descubrimiento dio comienzo a la exploración y colonización europea del continente americano.
Francisco Pizarro
Francisco Pizarro González fue un conquistador español que lideró durante la primera mitad del siglo XVI la expedición que iniciaría la conquista del Imperio Inca en Perú.
Se le concedió el estatus de «Adelantado» y sería nombrado gobernador de Nueva Castilla, con sede de gobierno en Ciudad de los Reyes (Lima). Una guerra civil entre conquistadores acabo con la vida de su oponente Almagro y los partidarios de este en 1541 asesinaron a Pizarro.
Hernán Cortes
Hernán Cortés de Monroy y Pizarro Altamirano, primer marqués del Valle de Oaxaca, fue un militar español que, a principios del siglo XVI, lideró la conquista del imperio mexica.
En 1504 partió para la Española y de ahí para la Ferdinanda, o sea Cuba. Allí organizó la expedición que habría de culminar con la conquista de México. En 1519 fundó la Villa Rica de la Vera Cruz. Su rol fue crucial ya que tejió alianzas con otros pueblos indígenas para que se unieran en su lucha armada contra el Imperio azteca. Visionario y creador de su propio mundo, logró poblar la región con un modelo de mestizaje que él mismo siguió. Buscó que el náhuatl fuera el idioma oficial y que la religión católica fuera asimilada de manera gradual, respetando creencias fundamentales de los habitantes de Mesoamérica.
Cabeza de Vaca
Alvar Núñez Cabeza de Vaca fue un trapero y conquistador español que exploró la costa sur de Norteamérica desde la actual Florida pasando por Alabama, Misisipi y Luisiana y se adentró en Texas, Nuevo México, Arizona y en el norte de México hasta llegar al golfo de California. Fue uno de los exploradores más conocidos por ser el primero en darnos noticia escrita sobre los pueblos, flora y fauna de lo que hoy son los Estados Unidos de América, así como por describir las cataratas de Iguazú, y las gentes de lo que hoy son Brasil, Bolivia, Argentina y Paraguay.
Pedro de Alvarado
Pedro de Alvarado, conocido por el sobrenombre de “Tonatiuh”, que significa el Sol en lengua mexica, fue un conquistador español que se convirtió en el primer gobernador de Guatemala. Con una extraordinaria vida de aventuras, participó en distintas expediciones a México, Centroamérica, Sudamérica y, finalmente, Norteamérica.
Hoy se lo conoce, sobre todo, por liderar a los conquistadores que derrotaron a los mayas quichés y cakchiqueles. Se ganó una reputación de por vida de ser uno de los conquistadores más despiadados y crueles.
Alvarado fue nombrado Caballero de Santiago, se le otorgó el estatus de “Adelantado” concediéndole la gobernación de Guatemala en 1527. Continuó en la lucha contra los pueblos indígenas hasta los 50 años, murió en México en 1541 a causa de las heridas sufridas al caer con su caballo por un barranco.
Virreinato de Nueva España s XVIII
Dragones Cuera y los Presidios
Como bien señala D. José Mª Bueno Carrera en el prólogo de su obra «Las Guarniciones de los Presidios de Nueva España», es común que la gente reconozca al 7º de Caballería de los EE. UU. o al 10º, conocido por sus valientes «Búfalos Soldiers», gracias a numerosas películas estadounidenses. Sin embargo, son pocos los que saben que, mucho antes de estos regimientos, durante tres siglos, existieron los “Dragones Cuera” o las “Tropas Presídiales”. Estos valientes soldados, tanto españoles peninsulares como mestizos, con la colaboración de indígenas de tribus aliadas, se esforzaron por contener a las numerosas tribus indígenas que, de manera constante, asediaban aquellos territorios. Entre ellas se encontraban los Apaches, Acajees, Chichimecas, Laguneros, Tepehuenes y Tarahumaras, a menudo apoyados y dirigidos por enemigos europeos.
Para enfrentar esta situación, España estableció un sistema defensivo de doble capa. El primero consistía en fuertes abaluartados diseñados para proteger las fronteras exteriores de los ejércitos europeos, mientras que el segundo se centraba en el interior, donde se encontraban los conocidos como Presidios, junto con misiones fortificadas.
Los presidios eran estructuras militares que servían como puntos de defensa y control en regiones estratégicas. Estaban compuestos por guarniciones de soldados y actuaban como centros de operación para la vigilancia y protección de las áreas circundantes. Además, los presidios desempeñaban un papel crucial en la integración de las comunidades indígenas, fomentando alianzas y colaboraciones para asegurar la paz y el comercio. Estos lugares de resguardo no solo eran fortificaciones militares, sino también espacios donde se intercambiaban ideas y culturas, contribuyendo a la rica historia de la presencia española en América.
Estos presidios se construían y se desmantelaban en función de las necesidades del momento y de la región a proteger.